Niyama

Hola!! Tiempo después de la última entrada vuelvo a escribir. He estado muy liada para pararme a dedicarle el tiempo necesario al blog, pero... he vuelto!

Continuamos con los yoga sutras de Patanjali viendo con más profundidad los Niyama. Niyama consiste en prácticas y observaciones personales para lograr autenticidad. Al igual que Yama, los Niyama son 5:

1. Saucha: Pureza. Mantenernos limpios física, verbal e intelectualmente. A nivel físico, debemos tratar nuestro cuerpo como un templo sagrado, eliminando impurezas, haciendo ejercicios y llevando una dieta adecuada. Nuestro cuerpo externo debe ser aseado a diario, untado con aceite y vestido con tejidos naturales. Nuestro cuerpo interno, purificado con prácticas desintoxicantes como las kriyas. A nivel verbal, conseguimos la purificación hablando con palabras e intenciones gentiles y compasivas. A nivel mental, lo conseguimos mediante la meditación o el canto de mantras (OM), que nos ayuda a centrarnos en el presente y no dejarnos llevar por pensamientos negativos.
2. Santosa: Humildad/contento. Nos abre hacia una felicidad serena y pacífica. A nivel mental significa sentirnos satisfechos con lo que tenemos en la vida y no sentirnos tristes por lo que no tenemos. Si no sentimos contento no somos capaces de la belleza de alrededor y de lo bueno que nos sucede. El contento verbal se consigue evitando el uso de insultos y palabras desagradables. A nivel físico, santosa nos ayuda a aceptar nuestro cuerpo y nuestros límites. En general. santosa se produce cuando asumimos la vida como un aprendizaje, como un crecimiento y al aceptar nuestras circunstancias. 
3. Tapas: Disciplina/austeridad. A nivel mental, consiste en una mente tranquila, en silencio y que controla 
4. Svadhyaya: Auto-observación/Estudio. Dedicar tiempo a la auto-observación para conocer nuestras virtudes y limitaciones. También hace alusión al estudio de textos sagrados como disolución de barreras mentales y logro de la iluminación. 
5. Ishvarapranidhana: Divinidad/actitud devocional/disolución del ego. Nuestros actos deberían estar dedicados a la divinidad, cualquiera que sea la nuestra. Vivir la vida como una expresión divina y aceptar las circunstancias como si estuviera marcado con una finalidad superior nos hace sentirnos honrados por lo divino y encontrar sentido a todo lo existente.